Magdalena Lamprecht-Wallhoff comparte sobre como la inversión social es clave para el cultivo de tilapia de Regal Springs
Nota del editor: Esta es la tercera de una serie de tres partes sobre el avance de las soluciones de los derechos humanos en la cadena de suministro mundial de productos de mar antes de la Cumbre SeaWeb de Productos de Mar, durante Feb. 1-3 en St. Julians, Malta. El Advocate estará reportando desde el evento, y su Gerente Editorial James Wright estará moderando una sesión de trabajo titulada “Midiendo la participación de los consumidores y las percepciones de los productos de mar sostenibles.”
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La mayoría de las empresas con grandes fuerzas laborales en las naciones en desarrollo citan la responsabilidad social corporativa como una prioridad tope para sus negocios. Y con razón, pues las violaciones de los derechos humanos han impactado en los últimos años a las industrias de electrónica, de prendas de vestir, a la minería y la industria de productos de mar, para nombrar unas pocas.
Pero, ¿cuántas de estas empresas están verdaderamente invertidas en el futuro de sus empleados, y el de sus familias? ¿Cuántas ven los servicios sociales para los trabajadores como una causa, no como un gasto?
A Magdalena Lamprecht-Wallhoff le gusta la idea de la responsabilidad social corporativa, pero también piensa que el término es a menudo tan usado en exceso — y con poca rendición de cuentas — que ha perdido su significado. Inversión social que genera estabilidad y equidad es lo que mejor describe el enfoque en Regal Springs Tilapia, donde Lamprecht-Wallhoff — hija del fundador de la empresa Rudi Lamprecht — es la directora global de ventas y líder de sus sustanciales iniciativas sociales.
Para Regal Springs, los retornos para el trato justo, el pago oportuno y el compromiso a la comunidad son su apuesta para el juego.
“Lo que buscamos es muy sencillamente darle un empleo claro a la gente,” dijo Lamprecht-Wallhoff al Advocate. “Un trabajo estable sustenta todas nuestras vidas. Nos da una base para planificar el futuro para un futuro mejor.”
Regal Springs, que opera en lugares donde la gente está a menudo relegada a una vida de subsistencia, opera programas de salud pública, educación, formación de pequeños propietarios y de prevención de violencia doméstica en sus granjas y plantas de procesamiento en Honduras y México. Seguros de salud y vida — sin precedentes en algunos países en desarrollo — se les ofrecen a sus trabajadores, y Regal colabora con ONG locales para extender aún más sus recursos a las comunidades. En resumen, Regal trata a sus empleados como partes interesadas.
“… Creo que un ánimo de lucro tiene el mayor potencial para hacer el bien, para hacer los cambios verdaderamente sostenibles, porque todo el mundo está invertido,” dijo. “En lugar de dádivas, esperamos mucho de nuestros empleados. Pero nosotros los apoyamos a ellos y a sus comunidades. Tenemos un retorno de esa inversión. Los empleados contribuyen ideas y mejoran su rendimiento cuando están en un entorno dinámico y saludable. Buscamos la eficiencia en todos los sentidos, pero no a costa del bienestar de nuestra gente. ”
En lugar de dádivas, esperamos mucho de nuestros empleados. Pero nosotros los apoyamos a ellos y a sus comunidades. Tenemos un retorno de esa inversión. Los empleados contribuyen ideas y mejoran su rendimiento cuando están en un entorno dinámico y saludable. Buscamos la eficiencia en todos los sentidos, pero no a costa del bienestar de nuestra gente.
Después de haber pasado su propia infancia en una ladera al lado de una montaña de Java Central, Indonesia, Lamprecht-Wallhoff entiende los desafíos de operar en regiones rurales del mundo donde el estado de derecho puede estar ausente. En las regiones donde la pesca y la acuicultura son comunes, la violencia y la corrupción suelen ser comunes. “Pero cuando se opera una empresa con justicia, estás modificando un aspecto de la vida de las personas,” añadió. “Vienen a trabajar y tienen la estabilidad de un conjunto claro de reglas.”
Regal se esfuerza por seguir siendo uno de los mejores empleadores en las zonas donde produce su tilapia, y la movilidad ascendente que le permite a sus trabajadores ayuda a la empresa a diferenciarse. En Honduras, un empleo Regal es visto como un boleto a la oportunidad y un motivo de orgullo, dijo Lamprecht-Wallhoff. En los lugares donde prolifera la pobreza, los productores acuícolas deben entender lo que realmente significa la pobreza, dijo.
“Vemos a la pobreza no como una cantidad en dólares. Es una falta de poder para cambiar tu posición en la vida,” dijo ella.
Regal se encuentra en el proceso de cuantificar el retorno de sus esfuerzos de inversión social. La empresa sabe que se beneficia de la inversión social, pero quiere tener medidas clave que se pueden tomar a través del tiempo, agregó ella. Esa combinación de pragmatismo y principios han hecho a Regal un lugar conocido y deseable para trabajar.
Para Lamprecht-Wallhoff, el verdadero significado de las iniciativas sociales de Regal se hizo evidente hace unos años, cuando se le acercó una mujer joven embarazada en un remoto pueblo de Honduras. “Ella me dijo: ‘Cuando mis hijos hayan crecido, van a trabajar para usted algún día. Mi marido ya trabaja para usted.’ Ella tenía acceso a nuestra clínica gratuita, atención médica gratuita, y si alguna vez consiguiera un trabajo con nosotros, ella también podría tener a su hijo en nuestra guardería. Me di cuenta entonces que ofrecemos puestos de trabajo, pero mucho más que eso — les proporcionamos a la gente un futuro ansiado.”
Author
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James Wright
Gerente Editorial
Global Aquaculture Alliance
Portsmouth, NH, USA[103,114,111,46,101,99,110,97,105,108,108,97,97,103,64,116,104,103,105,114,119,46,115,101,109,97,106]